El 2 de abril celebramos el «Día mundial de la conciencia sobre el autismo».
Según estadísticas de la OMS, uno de cada 160 niños del mundo padece de trastorno del espectro autista (TEA), aunque en países de ingresos bajos o medios como el nuestro, la prevalencia no ha sido estudiada.
Las personas con TEA padecen un trastorno que afecta el desarrollo neurológico. Suele detectarse antes de los 5 años por algún grado de alteración en el comportamiento social, el lenguaje y la comunicación, así como algún nivel de repetición, restricción o estereotipia en sus intereses y actividades. A nivel cognitivo pueden fluctuar, según el caso, entre ser brillantes o tener baja capacidad.
Los niños con TEA pueden sufrir de aislamiento y exclusión. No obstante, la terapia conductual y capacitación a los padres de familia pueden favorecer las posibilidades de adaptación, generando mayor bienestar. Sin embargo, el mayor nivel de exclusión podría darse entre niños con TEA provenientes de estratos bajos, cuyos padres no pueden afrontar los caros tratamientos y terapias.
La sociedad en general debe favorecer la inclusión creando entornos más accesibles para las personas con TEA. Ellos, al igual que cualquier persona, tienen derecho a recibir una educación de calidad que luego les permita trabajar para alcanzar un adecuado nivel de autonomía e Independencia.
Quizás es por ello que este año la OMS ha propuesto para el 2 de abril el lema: «Puedo aprender, puedo trabajar».
Ayudemos pues a crear una sociedad más digna y compasiva, comenzando por aceptar que todos merecemos ser respetados en nuestras diferencias.
Gloria Elena Gurmendi
Psychologist