El año 2020 fue un año difícil para todos. En él experimentamos por primera vez a nivel mundial cómo la realidad supera la más espeluznante película de ciencia ficción jamás vista.
Desde entonces, todos hemos sufrido pérdidas irreparables. Los niños y jóvenes han perdido la libertad de poder relacionarse con sus amigos en el colegio y salir libremente a jugar o practicar deportes. Muchos adultos han perdido sus trabajos y medios de subsistencia. Y un gran porcentaje de la población ha perdido algún ser querido como resultado de esta pandemia.
Duelo es el periodo de adaptación emocional que sigue a la pérdida o separación de un ser querido, incluso de una mascota o de un evento significativo. Cada persona puede tener su propia manera de superar el duelo, que por cierto también afecta a los niños quienes al enfrentar el dolor pueden presentar signos de ansiedad e incluso regresión a etapas infantiles ya superadas.
Si tenemos en cuenta las pérdidas que hemos sufrido desde el 2020 a la fecha, seguramente habremos atravesado por varios duelos sucesivos. Lo cierto es que nadie puede predecir si uno mismo o sus familiares más cercanos van a enfermar y si sanarán o no, reflejándose esta incertidumbre en un estado emocional agitado.
Dado este contexto, es preciso tener en cuenta el sorprendente valor de la resiliencia, esa maravillosa capacidad que tenemos como seres humanos para sobreponernos a situaciones y experiencias difíciles. Y es que la resiliencia nos permite superar los obstáculos, el dolor o la adversidad proyectándonos hacia el futuro con reciedumbre, asertividad y optimismo. Para inculcar la resiliencia a nuestros hijos podemos recurrir a otros conceptos asociados tales como fortaleza, entereza, audacia, paciencia y perseverancia. Lo importante es que los niños y jóvenes aprendan a tomar decisiones y asumir responsabilidades para cumplir sus metas y proyectos personales. La vida no es fácil, pero si sabemos agenciarnos y administrar creativamente nuestras habilidades, talentos y recursos, podremos salir airosos de las situaciones difíciles. Pongamos en práctica la frase motivacional de nuestro programa de valores:
“Enfrento las dificultades y acepto los desafíos con seguridad, optimismo y resiliencia.”
Mg. Gloria Elena Gurmendi
Coordinadora Área Psicopedagógica