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Rugby a nivel escolar: fortaleciendo una cultura deportiva a través de los valores.

El rugby y los valores están ligados desde todos los aspectos posibles. Tratamos de mantener el control ante las adversidades del juego, seguimos códigos de conducta y los utilizamos como herramientas de transformación.
Para entender todo ello, primero definamos: ¿qué es rugby?, ¿qué tan importante puede ser la práctica de este deporte a nivel escolar?, ¿por qué tiene tanta relación con los valores?
El rugby es un deporte de contacto, en el que el balón es trasladado de un lado a otro del campo dando pases hacia el costado o hacia atrás con el objetivo de anotar un try. El partido se juega en dos tiempos de 40 minutos cada uno y sobre un campo de dimensiones similares a las de uno de fútbol. Los equipos están conformados por 15 jugadores.
Aunque es considerado por la mayoría un deporte masculino, se está haciendo cada vez más popular entre las mujeres. El Rugby es un deporte olímpico desde las olimpiadas de Río de Janeiro 2016 y en ellas participan ambos géneros en su versión “siete”, es decir 7 jugadores en lugar de 15.
Una de las particularidades de este deporte es que, aunque se juega principalmente con las manos, el uso del pie es totalmente válido para despejar una jugada, crear mayores oportunidades de juego o anotar. Se puede patear hacia adelante siempre y cuando el resto del equipo portador se encuentre detrás del ejecutante. Una de las dificultades principales es que el balón tiene forma ovalada y al contacto con el suelo puede rebotar en cualquier dirección.
Este deporte nació en Inglaterra en 1823 gracias a William Webb Ellis, estudiante del Rugby School, quien durante un partido de fútbol tradicional tomó el balón con la mano y lo llevó a la zona contraria.
En nuestro país, el rugby tuvo sus inicios en 1997 con la formación de la Federación Peruana de Rugby, también conocida como Tumis.
La importancia del rugby a nivel escolar es que nos permite educar generando un sólido vínculo con los valores y mejorando nuestras habilidades sociales, lo que no solo ayudará formar deportistas de calidad, sino personas con buenos principios, capaces de tomar buenas decisiones, con autonomía y liderazgo, mejorando así la calidad humana de esta sociedad.
En este deporte no jugamos contra otro equipo, jugamos con otro equipo. Por lo tanto, y como es tradición, existe el tercer tiempo, el cual nos permite compartir como acto de camaradería algunas bebidas rehidratantes o meriendas entre ambas escuadras.
No hay una edad de inicio o límite para practicarlo; las chicas y chicos pueden hacerlo y, sobre todo, disfrutarlo gracias a las diferentes adaptaciones existentes, manteniendo siempre la misma esencia del keep moving forward.
Tal como dice un viejo dicho: El rugby es un juego rudo jugado por caballeros.
Luis Carrasco Morales
Profesor de Educación Física